Todos los miedos emanan del mismo miedo: el miedo a la muerte.

Somos los únicos seres vivos que tenemos conciencia de nuestra propia existencia, y por tanto somos conscientes de que nuestra vida es limitada.

Los seres humanos somos limitados. Las personas nos equivocamos. No existe una persona que lo haga todo bien. 

El primer paso del liderazgo es descubrir y reconocer nuestras limitaciones y nuestras fortalezas; conocerlas y aceptarlas. 

Si todavía no las conoces, búscalas haciendo ejercicios de introspección: “conócete a tí mismo”.

Una vez que hemos dado este primer paso, empezaremos a avanzar en el camino del liderazgo. Estamos en el camino de superar nuestros miedos, de enfrentarnos a las críticas, de superar los juicios, y de saber quiénes somos.

Así podremos avanzar, dar más pasos, enfrentarnos a verdades dolorosas y a momentos de felicidad.

Una vez en camino es necesario mantener la decisión con curiosidad y con perdón. Con pequeños objetivos, pequeñas acciones y pequeños logros.

Y perseverar, nutriendo nuestras decisiones con honestidad.

No tengas miedo: el liderazgo es camino; ponte en marcha.