¿Sufres reunionitis?

El dolor es inevitable; el sufrimiento es opcional.

Da igual que sean de trabajo o familiares; profesionales o de amigos; las del colegio de los niños o las de la comunidad de vecinos; una excursión al campo o una clase en la universidad.

Siempre tenemos la sensación de dedicar excesivo tiempo a las reuniones y al final terminamos pensando que nos aportan poco.

¿Te resulta conocido alguno de estos comportamientos en tus reuniones?

Alguna persona presenta un tema que no viene a cuento
Alguien interrumpe justo cuando estábamos llegando a un acuerdo
Me he sentido atacado por un comentario personal
Vamos en círculos y no avanzamos
Se nos alargan y alargan los temas, excediendo el tiempo previsto
No designamos una persona para que se encargue de algo . . .

Y otros tantos comportamientos que podemos encontrarnos y que afectan directamente al resultado de nuestra reunión.

¿Qué podemos hacer?

Desde @Asociación4TL te recomendamos preparar siempre tus reuniones, sean del tipo que sean, de forma que la convocatoria de una reunión tenga siempre:

. Objetivo
La reunión ¿para qué es? ¿para qué nos juntamos? ¿qué queremos conseguir?
cuando terminemos la reunión ¿cómo sabremos que lo hemos conseguido?

. Agenda
Tener claros los pasos que vamos a dar en la reunión para conseguir el objetivo.

Objetivo y agenda deben estar claros “antes” de empezar la reunión. La mejor forma de que estén claros es que estén por escrito.

Este es simplemente el “antes” de la reunión. Luego está el “durante” y el “cierre”.